Hoy en día cualquier persona que se quiera dedicar a la ciencia tiene que saber inglés.
Esta lengua se ha convertido en una suerte de idioma universal de la academia científica que le permite a investigadores de todas partes del mundo compartir ideas, descubrimientos y opiniones.
Sin embargo, esto no fue siempre así. Muchos textos científicos fundamentales de hace 100 o más años están escritos en alemán, ruso, japonés o chino, entre otras lenguas.
- Los países que mejor y peor hablan inglés como lengua extranjera (y en qué lugar queda América Latina)
Philip Ball, físico, químico y divulgador científico británico de unos cincuenta y tantos años recuerda como, en sus años de estudiante, por ejemplo, sus profesores le recomendaban aprender alemán.
¿Cuándo fue entonces que el inglés se convirtió en la lengua de la ciencia por excelencia? ¿Y qué propició este cambio?